Desde que allá por mediados de abril de 2001 Edgardo Fabián Prátola dio la cara y enfrentó los micrófonos para contar que había sido operado de cáncer de colon, todos los días luchó y peleó. No se quebró jamás. La vida y su familia son los títulos más importantes que logró en su vida. Y se la jugó de frente, como siempre lo hizo dentro de un campo de juego. Dejando todo por salir al frente.Porque el Ruso siempre marcó el camino. En el Country así se sintió, se notó en los jugadores. Su presencia antes del encuentro con Vélez fue una inyección anímica para el plantel de Estudiantes difícil de poder explicar con palabras. Es que en lo más íntimo todos querían verlo otra vez junto a ellos y así fue nomás. Fue un momento en que el equipo venía en la mala y hubo alguien cercano -ex dirigente él- que se animó a decir... "ya les cambió la cara, esta noche no pierden", en alusión Del compromiso en Liniers, donde el Pincha empató 2-2 e inició aquella racha positiva.Es así, estamos hablando de un tipo que fue símbolo adentro de la cancha y para la gente de Estudiantes (como para todo el mundo del fútbol) lo va a seguir siendo afuera de la raya de cal. Porque a partir de su presencia en el bunker de City Bell todo fue distinto. Aquella vez volvieron las caras llenas de alegría entre sus ex compañeros y ni hablar cuando el Ruso decidió acompañar a los muchachos en el partido con Independiente. Fue la noche del 30 de noviembre de 2001. El Ruso pasó antes del cotejo por el camarín local y habló con todos, brindando su apoyo incondicional a sus compañeros. Fue una inyección anímica para el plantel Pincha, que salió a jugar con todo para dedicarle la victoria. Y cumplieron, con aquél gol agónico de Maggiolo que el Ruso gritó en la Techada como si lo hubiera hecho él. "El cáncer de colon lo tomo como una piedra que me puso Dios en el camino. Te preguntás mil cosas ¿por qué a mí? ¿por qué ahora? Pero nunca tenés respuestas..." Este hombre tenía un carácter distinguible, era sensible; estaba dispuesto a entregarse a todo y a todos. Era una persona de pocas palabras, pero siempre decía lo correcto en el momento justo.Pero la muerte no supo de héroes y decidió llevárselo un triste Sábado 27 de Abril de 2002. Los directivos pinchas se trasladaron hacia el Country, donde el plantel se encontraba concentrado. Tras una breve reunión con el cuerpo técnico, el Profe Rodolfo Valgoni interrumpió el desayuno y se llevó a los jugadores hacia un rincón del predio. Allí les fue entregada la triste noticia. El presidente Cicchetti, luego les retransmitió el mensaje del Ruso. El Country se conmocionó. Hubo llantos de los más chicos y los más grandes. Y la pregunta salió sola. ¿Había ánimo para jugar? Evidentemente, no. Varios dirigentes pensaron en suspender el partido contra Independiente. Incluso desde Gallego hasta los directivos del Rojo se pusieron a disposición. Pero el mensaje del Ruso hizo su efecto con las horas. Y los jugadores decidieron dar el presente. Esa es la grandeza que siempre distinguió al querido Ruso y a todo nuestro Club. El siguiente domingo 5 de mayo Estudiantes volvió a jugar, pero esta vez en casa. Los alambrados llenos de flores; la hinchada que cantaba: "olé, olé, olé, olé, Ruso, Ruso". Las banderas que decían: "Ruso, siempre en nuestro corazón", "Dios buscaba un número dos y te eligió a vos", "Cuando busquemos en el recuerdo vas a estar vos". Los dirigentes leyendo cartas, y un minuto de silencio en su honor. Las inferiores le regalaron una bandera que decía: "Gracias Ruso." Nada era suficiente para recordar a semejante luchador.Los restos del Ruso fueron cremados y sus cenizas esparcidas en el campo de juego del estadio de sus amores, cumpliéndose así el último pedido del Gran Capitán Pincharrata.El mensaje que le dejó Edgardo Fabián Prátola a su padre para que fuese transmitido a sus compañeros, horas antes de su fallecimiento, sintetiza la personalidad de un tipo que hará falta. Su lucha contra la corriente, su ánimo en alto pese a sus defensas bajas, en definitiva su espíritu optimista; la camiseta de bastones rojos y blancos número 2, la sonrisa eterna, los puños apretados, las quejas al árbitro, el gesto de guapo ante los rivales, las lágrimas de hombre tras el descenso de Estudiantes... Cuánto para extrañar... Por todo esto y mucho más le decimos gracias a este hombre y le damos nuestro apoyo incondicional a su esposa Ana Laura y a sus dos hijas Camila y Iara, y queremos que sepan que si como enunciaba Borges hay un sólo momento en que a un hombre se le revela quién es, el Ruso lo supo cuando un estudio lo puso de cara a la muerte y él contestó con la guardia alta. Gracias Ruso. El Pincha te recuerda siempre. Es el dia de hoy, que tantos jugadores u hinchas (pinchas o triperos), te recuerdan que lo mejor de tu corazon. Por eso decimos Rusito queriado que vos sos un ejemplo de vida, y que si Dios te llevo alla arriba es para que des tu amor alla. Edgardito, a un año de tu muerte, el pincha te recuarda no tanto como jugador, sino como persona, y para destacar algo de cuando eras jugador, era que nunca dabas una pelota por perdida y siempre te esforzabas el doble para poder hacer lo mejor para el equipo. "El Ruso tiene fuerza para todos. Me sobra fuerza para todos. Tengan ánimo para seguir adelante....", A continuacion las fotos del dia de su muerte, frente a Independiente:
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